
Declaración de intenciones
Si has llegado hasta aquí… es posible que nuestra misión…
«El día 15 de Abril de 2016 a las 19.00 horas, escribí en una libreta literalmente estas anotaciones:
“Aún me acuerdo cuanto estaba preparando mi bolso para ir a natación, y tal y como me había advertido Verónica, Raquel, su asesora de imagen, me iba a llamar… Si bien es cierto que Verónica estaba espectacular y que me insistió mucho en que contactara con ella, la verdad era que yo nunca tomaría la iniciativa de llamar sobre todo por el hecho de que me asustaba el cambio y sobre todo pensaba que yo no lo podría pagar o mantener ese servicio, lo veía como muy ajeno a mí y sobre todo porque yo era muy rígida con el tema de la ropa y mi apariencia y mis complejos… pero la verdad que me equivoqué y que yo misma me sorprendí…
Pues efectivamente, Raquel me llamó, y durante la conversación estuvimos hablando y me transmitió muy buen rollo… Me dijo verdades como puños sin conocerme de nada… y finalmente y no sé como me convencí a mi misma y accedí a pedirle cita para conocernos y saber si yo tendría solución y si podría cambiar, y sobre todo, superar el miedo de sentirme expuesta y juzgada por una desconocida… pero el hecho es que fui y la conocí… Cuando acabó la conversación telefónica, sentí que esa llamada de teléfono, me había sorprendido y que me abría una puerta a la ilusión, sobre todo porque nunca en la vida pensé que yo me podría permitir algo así y ni tampoco merecerlo”…
Quedé con Raquel en la cafetería 5mentarios en Carrizal, y allí me explicó en qué consistía su servicio y el programa que me ofrecía a mi… Lo primero que me dijo y que yo hice sin ninguna resistencia… cosa que me sorprendió a mi misma, fue que me quitara mi raya del ojo… creo que llevaba pintando mi raya en el ojo desde los 13 años… de hecho no salía a la calle sin mi raya… y no sé como lo hizo pero ya no me la he vuelto a pintar… empecé a verme diferente… y lo mismo pasó con mi pelo… empecé a llevarlo suelto… y a lo loco… la verdad que me inspiró mucha confianza y me sentí bien. Me acuerdo como si fuera ayer que la escuchaba hablar y pensaba todo el rato… puff, que vaaaa, yo no me veo haciendo todo lo que me dice, yo no voy a tener cojones suficientes… y el hecho de ir de compras… nunca se me dio bien… sobre todo porque siempre compro el mismo estilo de ropa y de varios colores, pero el caso es que, en esa misma cita, ya ella me empezó a dar las instrucciones, me pasó el cuestionario y establecimos cita para que viniese a mi casa a ver mi armario, pero aunque habíamos quedado para el jueves 28, tuvimos que anticipar la cita porque de forma imprevista me tocó acudir a un evento en el trabajo con el que no contaba y me dio el «yuyu» y la llamé corriendo a ver si me podía ayudar a buscar un look adecuado… la verdad que se portó genial… El caso es que esa visita que tuvo que hacer a mi armario en busca del look para ese evento (recuerdo que fue el 22 de abril) fue como un soplo de aire fresco… vino a casa e hizo una primera aproximación a mi armario y efectivamente, allí no había nada adecuado para el evento y sobre la marcha fuimos al Corte Inglés, lugar al que he ido millones de veces pero que nunca encontraba nada… pues fuimos y acertó con el look… y sobre todo se amoldó a mi economía que siempre estoy rasqueando…
Llegó el día del evento y yo me sentí extraña y observada, me sentía diferente, no me reconocía con ese tipo de ropa, pero al mismo tiempo me sentía cómoda… el hecho fue que ese evento precipitado hizo que realmente yo supiese que la experiencia de conocer a Raquel no me sería negativa y que iba a ser enriquecedora…
Haciendo ahora una reflexión, me doy cuenta que en casa tenía un montón de cosas que realmente no utilizaba, sobre todo ropa y zapatos y que no tenía una organización ni un orden… todo ese desorden era un reflejo de mi misma… tenía cosas en una habitación y otras cosas en otra, tenía un montón de ropa sobre una cama… fatallllllllllll… pero en fin… poco a poco he ido reeducando, cambiando y adquiriendo nuevas pautas, aunque sinceramente a día de hoy… no me siento capaz de ir sola de compras… necesito su supervisión, sus recomendaciones, su asesoramiento y sobre todo, su acompañamiento… me hace sentir más segura…
Recuerdo que uno de sus comentarios es que yo me había quedado estancada en la época adolescente… y es cierto… llevaba mucho tiempo utilizando el mismo estilo de ropa… como que me acomodé a él y no tomaba conciencia de que realmente hacía que no me viese tal cual era… La primera experiencia de compras con ella fue un shock… me probé muchísima ropa con la que me sentía rarísima… me miraba al espejo y era otra… me chocaba tanto el cambio… pero claro… ese estilo es el de una mujer de 36 años… no el de una «poligonera»… y poco a poco fui adquiriendo prendas de ropa que nunca pensé que me pondría… Blusas sueltas, o bastante cortas, pantalón campana, pantalones sueltos, chaquetas americanas… el caso es que empecé a aceptar estas prendas y cuando realmente me miraba al espejo y me empecé a ver diferente… me veía hasta guapa… me daba más confianza verme así… era más yo… la gente me empezó también a mirar diferente… la verdad que empecé a pensar que Raquel era un hada madrina y siempre daba las gracias por haberla conocido… me daba consejos que han cambiado mi vida… cómo colocar las «lolas» en el sostén… qué tipo de ropa interior… cosas tan básicas pero que en suma… han contribuido a un gran bienestar… que me saque fotos todos los días por la mañana hizo que empezara a verme guapa… a verme a mí misma… gracias a ella empecé a verme y a aceptarme tal cual soy… aunque a veces tenga mis rachas…
Otro consejo de gran utilidad fue que cambiara mi forma de caminar, conteniendo el estómago y postura erguida, el pelo al natural y desenfadado, utilizar sólo rimel y labios rojos y luego y a lo largo del año… he hecho cosas para mi misma que nunca pensé que haría… He aprendido mucho de ella sobre todo a aceptarme y a quererme… a dejar de tratarme mal y a valorarme. Solo tengo palabras de agradecimiento por mi experiencia con Raquel… que espero y deseo que continúe…
Gracias a esta experiencia me he aprendido a ver y a gustar más a mi misma, me he dedicado más tiempo a mí y a mi bienestar, he aprendido a administrarme mejor, es una asesora pero al mismo tiempo consejera incluso COACH… Conoce mucho de todo y ayuda ante cualquier propuesta… Me entristece que finalice este programa de un año… pero al mismo tiempo ha sido una buenísima y positiva experiencia para mí. Raquel ya forma parte de mi vida y espero que sea así por mucho tiempo porque tiene la gran habilidad de conocer y de ver lo que hay dentro de mí misma, lo que en cada momento necesito, es más que una asesora, es una amiga, es una hermana… millones de gracias… vida, universo… por ponerla en mi camino…»
Gracias a ti, Mónica, por confiar en nosotros y en nuestro sistema, que resalta todo lo que tienes en tu interior y dentro de tu armario.